La línea de alta velocidad ya se deja sentir. El 'efecto AVE' ha empezado a notarse, sobre todo, los fines de semana. Durante el último ha vuelto a notarse de manera muy notable la entrada en funcionamiento de las lanzaderas entre Madrid y Segovia. Las calles de la ciudad han estado llenas de turistas, tanto el sábado como el domingo, con la circunstancia novedosa de que, ahora, el viajero apura más el domingo al no tener que coger el coche para regresar a Madrid antes de que los atascos comiencen a colapsar la autopista. La temperatura suave ha favorecido la actividad, pero en dos fines de semana ha quedado demostrado que la desestacionalización del turismo fuera de puentes y periodos largos de vacación es una realidad.
El 'efecto AVE' también está teniendo una repercusión en el sector hotelero, pero esto no es novedad. En los dos últimos años han surgido nuevos establecimientos, sobre todo de cuatro estrellas, y hay varios proyectos que podrían materializarse en los próximos meses.
La apertura de hoteles como el Cándido, el Eurostars Plaza Acueducto, el Palacio de San Facundo, la hostería de San Antonio el Real o el mismo Parador de Turismo de La Granja están directamente relacionados con el estirón que Segovia está dando al amparo del tren veloz. Los estudios que los gestores turísticos manejan dejan claro que el AVE favorecerá la llegada a Segovia de excursionistas de un solo día, pero también las pernoctaciones, el gran caballo de batalla del turismo segoviano, porque, ahora, no todos los viajeros proceden de Madrid -sí la mayoría-, sino de otras provincias del norte de España con las que Segovia está comunicada por vía férrea.
Más hoteles
A los ya citados, en los próximos meses abrirán sus puertas nuevos establecimientos hoteleros. Las obras del futuro hotel Reina Doña Juana, ubicado en el antiguo convento de las Oblatas, en pleno casco antiguo, han entrado en su recta final, y posiblemente el hotel pueda entrar en servicio a finales de este mismo año. Además de las 75 plazas que va a crear, este establecimiento aportará un aparcamiento que favorecerá la movilidad en la zona. En la calle de San Francisco, en el solar de la antigua posada de Vizcaínos, se apura la edificación de un nuevo hostal, y también se prevé abrir otro hotel en Vía Roma, a la altura de la glorieta de los Vargas.
No hay que olvidarse de un proyecto como el que ofrece Segovia 21, en Palazuelos de Eresma, donde el parque empresarial y de ocio que se está construyendo contará con un hotel con capacidad para casi doscientas personas.
Lejos, pues, quedan los tiempos en los que los hoteles Las Sirenas, Acueducto, Los Linajes, Puerta de Segovia, Los Arcos y el Parador constituían la única oferta de alojamiento para viajeros que había en la ciudad. En estos momentos, Segovia cuenta con 47 hoteles que suman casi cuatro mil plazas. El aumento de plazas coincide en el tiempo con el crecimiento del turismo rural en la provincia, donde ya hay más de 230 alojamientos de este tipo.
En el sector hostelero, la irrupción del AVE causa auténtico regocijo. El presidente de la Agrupación de Industriales Hosteleros de Segovia (AIHS), Cándido López, subraya el beneficio que las lanzaderas Avant han proporcionado a la actividad turística de Segovia. «Renfe ya lo preveía, porque en Toledo también pasó, pero lo cierto es que los trenes de fin de semana están viniendo completos. Es normal, sobre todo teniendo en cuenta los precios y frecuencias», asegura López.
Punto de inflexión
El hostelero compara la repercusión del AVE con la que en 1963 tuvo la apertura del primer túnel de Guadarrama y el desdoblamiento de la carretera de Madrid, aunque aquello sí tuvo una incidencia muy considerable y fue una de las causas de la eclosión de Segovia como destino de interés turístico. «No creo que el AVE sea un punto de inflexión en la historia del turismo en Segovia, pero sí un aliciente más. El AVE va a suponer una mejora de las condiciones de comunicación de la provincia no sólo con Madrid, sino con el resto de España. Y esto es lo más novedoso. No obstante, el atractivo de Segovia es Segovia en sí, y si conseguimos facilitar el acceso y que la estancia en la ciudad sea más cómoda, mejor que mejor».
. A pesar de ello, los retrasos son, mayoritariamente, ocasionados en los tramos de línea convencional y no en la línea de alta velocidad Madrid-Valladolid. Los que se ocasionan en la LAV, son debido a pequeños problemas de fácil solución en el túnel de Guadarrama (vibraciones al paso del tren) y del cambiador de ancho de Valdestillas (problemas eléctricos).